Para la fabricación artesanal de los ladrillos hay que disponer de tierra de buena calidad, conocida como tierra negra.
Este elemento se extrae del mismo suelo del predio donde se encuentra el campamento u “horno” o se transporta hasta allí desde otros campos del distrito donde exista su disponibilidad.
La tierra se extrae con palas hidráulicas a una profundidad no mayor de
Obtenida la misma luego se acarrea hasta el pisadero, sector del campamento del horno donde se prepara la materia prima para la fabricación del ladrillo.
A la tierra negra, según cada propietario le agregan viruta de madera, aserrín con estiércol de caballo y paja de trigo. La misma suele ser extraída de las aras y cabañas equinas, lo que comúnmente se denomina, cama de caballo.
Una vez puestos los materiales en el pisadero, se los mezcla, humedece y apisona; de ahí su nombre: pisadero. Actualmente esta tarea se realiza con un tractor en un tiempo aproximado de 7 u 8 horas, antes en el pisadero se utilizaban caballos, de ahí su nombre.
En la toma de fuerza del tractor se le agrega una “paleta batidora” que mezcla mejor y mas rápido.
Una vez amasada, se la acarrea con carretilla a la “cancha de corte”, sector amplio del establecimiento sobre piso de tierra muy bien nivelado y apisonado.
Entre las herramientas de trabajo que usa el “cortador”, podemos citar a los moldes de madera y el banco de corte donde a estos se los carga con “la mezcla extraída del pisadero”. Luego estos moldes se vuelcan ordenadamente sobre la cancha hasta que se seque el adobe.
Si las condiciones climáticas son propicias el secado es más rápido. El clima seco favorece el secado y suele tapárselos en invierno por las heladas.
Una vez despojados totalmente de su humedad, los adobes se apilan bajo tinglados o techos bajos sobre tarimas de madera.
Luego de este apilado ordenado, con un monta cargas u otro elemento se lo transporta hasta la hornalla donde los asentadores la preparan y arman la misma con una cantidad aproximada de 80 mil adobes.
A estas hornallas en su parte inferior se les dejan aproximadamente unas 16 aberturas llamadas boquillas por donde se coloca la leña que luego alimentara el fuego que quemará los adobes para ser transformados en ladrillos.
Se enciende la hornalla y se quema durante aproximadamente unas 8 horas, se deja enfriar unos 4 o 5 días y luego se sacan los ladrillo y se paletizan sobre tarimas de madera. Estos “palets” se envuelven luego con una cobertura de plástico, tipo nylon transparente. Cada palet tiene unos 800 ladrillos.
Luego los ladrillos, listos para ser comercializados son cargados con montacargas al transporte para su distribución en corralones u obras en contracción.
Otra forma de carga es manual al camión lo que se denomina “a granel”.